Las 24 horas de la vida de un sanferminero (I)
GORA SAN FERMIN! (6 de julio, Capítulo 1)Clic aquí para leerlo en el Diario de Noticias de Navarra
Resulta difícil negar la lucidez de quien veía más allá del griterío del momento, como en aquella Constantinopla, donde, mientras los turcos sitiaban la ciudad, sus más brillantes teólogos debatían sobre el sexo de los ángeles. Pero ¿hay mejor manera de contrariar la realidad, caundo domina la impotencia, que no sea sirviéndose de sus propias artimañas? Nada puede resistir mejor al refinamiento ni a la exquisita argumentación que la metáfora, que, desde su trinchera, se erige como un dique espiritual ante los desastres materiales. Eso, eso; la extravagancia intelectual extrema como arma de combate. Así pues, en estos tiempos de crisis qué mejor que ir a meditar a las fiestas de San Fermín. Después de tantos años de jarana, algo de reflexión no altera el ambiente, si lo sabes llevar con deportividad.
El know how acumulado año tras año, se plasma hoy en este software, pensado para mantenerte imaginativo, alerta, dispuesto a disfrutar de un ambiente sin igual. Pero eso sí, siempre con mesura, con los cinco sentidos puestos en cómo pasártelo pipa, a modo de consigna revolucionaria. En todo caso, estaríamos ante un fenómeno original jamás analizado en profundidad, que reúne un material que todo antropólogo, que se precie, debe disponer para sus investigaciones, ya que podríamos encontrarnos ante una transmisión oral en línea directa de ciertas prácticas culturales, y ante un posible salto cualitativo en la manera de analizar el fenómeno sanferminero desde la lógica del sibaritismo posmoderno.
Los sibaritas posmodernos somos personas que, pese a no disponer de gran apoyadura erudita, no pedimos permiso para expresarnos donde y cuando sea preciso, con tal de que el encuentro verbal sea en tono amable y a la vera de una buena mesa, y donde los presentes deben ser ultrasensibles a los principios hedonistas que nos caracterizan. No en vano pensamos que Dios hizo el Universo después de una buena comilona, pues, de lo contrario, no se entenderían ciertas cosas. Esta hipótesis, fundadora de nuestra corriente filosófica, se nutre además de aquellas confrontaciones epistemológicas a orillas del Tigris y del Eufrates, allá en los hontanares de la Mesopotamia septentrional. Nuestros maîtres á penser son esos sabios semitas de estirpe beduina de cuyas eruditas enseñanzas nos inspiramos.
Quién puede aún dudar de que con el triunfo de Babilonia sobre el resto de Mesopotamia, y la elevación de Marduk, su dios principal, a la cúspide del panteón de los dioses locales, tendría horribles consecuencias para nuestro mártir navarril, puesto que varias centurias después, arrancada de cuajo a su tronco, el obispo Fermín perdió la cabeza por oponerse a semejante hegemonía religiosa.
Y por último, lo que hace del fenómeno sanferminero una práctica universal, elegante y perfumada, francesa en suma, son las vivencias gabachas de nuestro patrón. No es casualidad que en el país vecino le considerasen de Amiens, ciudad ésta que, además de ser una de las más frías y tristes del hexágono galo, tuvo en nuestro héroe a su primer prelado. Tras una breve incursión en la construcción, que le llevó entre otras obras a levantar su iglesia principal, fue decapitado ante ella, en el cadalso, sin alcanzar a ser viejo, pues no tenía más que treinta y un años de edad, anticipando de ese modo al mundo entero lo que la guillotina -quince siglos después- universalizaría como el estilo galo más genuino de morir.
Pese a lo dicho anteriormente, boteros, vinateros o panaderos, cuyas cofradías, más por precaución que por convicción, tienen por patrono a nuestro popular santo, son los bienvenidos ya que es un plan sin etiqueta, nomenclatura y nómina, ni tampoco es teórico o literario. Lejos de querer imponer la inmutabilidad de un dogma, solo quiero presentar estas reglas, lejos de las preocupaciones estéticas dominantes, dictadas por las educadas tradiciones de nuestros mayores y otras sentencias en aplicación de las leyes en vigor.
Avisamos por lo tanto a los padres de los niños y otras personas, que no nos responsabilizamos de un mal uso o uso torpe de alguna de las pautas aquí descritas, así como del parloteo de los que siempre se agitan en la superficie, ni quiero demorar más tiempo felicitar, al párroco de los Cuartillos de San Agustín y a toda persona que cuando no respeta esta filosofía será de seguro, porque no le conviene alzarse contra el mito que hace de él un amojamado.
Bienvenido sea tu comentario que seguro que interesara hasta a los que no la comparten. Gracias