La narrativa sobre ETA tras su desaparición

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La narrativa después de ETA es el nombre, algo extraño, que he dado a este pequeño comentario a falta de un título más apropiado y cuyo significado aclararé antes de nada. ¿De qué se trata? Ante el inminente final de ETA, algunos ven este desenlace incompleto si simultáneamente no va acompañado de la desaparición de las justificaciones políticas e ideológicas sobre las que se apoyaba. Esta tesis añade que el futuro de Euskadi, tras la desaparición de ETA, deberá apoyarse en la narrativa construida sobre la memoria magnificada de sus víctimas. Los mentores de estos razonamientos consideran, por tanto, que la desaparición de ETA será una estafa si no se condena toda su historia de violencia y terror. A esta conclusión han llegado porque piensan que lo que pretende ETA y sus cómplices es que su proyecto, esta vez sin violencia, siga vigente y sea el eje político sobre el que continúe construyéndose Euskadi. Este maquiavélico diseño sería obra del entorno de los terroristas y del propio nacionalismo vasco en su conjunto. La verdad es que este planteamiento no deja títere con cabeza. Por partes.

A los defensores de estas teorías simplistas, bastaría con aconsejarles la lectura del texto que José Bono, presidente de las Cortes Españolas, ha escrito para el prólogo de un magnífico libro sobre la vida como diputado de José Antonio Aguirre, primer lehendakari vasco, para negar cualquier tipo de complicidad histórica del nacionalismo democrático del PNV con la violencia. Pero seguramente no se den por satisfechos. Entonces sigamos.

En la práctica, no existe un modelo optimo para el final del terrorismo. Cada contexto construye su propia vía. Pero se puede observar, en todos los casos, que nunca su desaparición arrastró la eliminación de las tesis ideológicas que lo sustentaban. Cuando aparece por primera vez la definición del terrorismo y su práctica en la Francia “termidoriana”, que culmina en noviembre de 1794 con la ejecución de todos sus líderes, se trataba de un modo de ejercer el poder, a golpe de guillotina, para poner “las conquistas democráticas” a salvo de los defensores del Antiguo Régimen. Sabemos los desastres que esa confrontación civil engendró; lo que no impidió que las conquistas que los sanguinarios Robespierre, Saint Just, Marat y demás jacobinos pretendieran imponer sin éxito, Francia se emplearía durante más de un siglo para recuperarlas. En este caso, la narrativa de los terroristas, es decir su ideario, sus fines, el cuerpo doctrinal e ideológico que intentaron defender a toda costa con sus sangrientas exacciones, sirvió de base para el actual estado democrático moderno. Abundan los ejemplos.

La comparación, recurriendo a este ejemplo, vale para lo que vale y se me objetará, que el terrorismo de hoy se expande en un marco democrático. Ciertamente su naturaleza tampoco es la misma. Pero lo que queremos resaltar es la relación que se establece entre la desaparición de la violencia terrorista con el devenir de sus narrativas auto justificativas. La Historia nos enseña determinadas lecciones. Hoy la narrativa revolucionaria de 1789 es plural en Francia. Algunos lamentan aún el acto regicida que llevó a Louis XVI al cadalso. Otros festejan el final de la Monarquía con normalidad. Muchos consideran a los Camille Desmoulins, Danton, Hebert, Babeuf como unos siniestros iluminados, otros los celebran nombrando las calles de sus ciudades con sus topónimos. Pasa otro tanto siguiendo el caso del país vecino con los protagonistas de la Comuna de París, con los de la guerra de Argelia, de Indochina, de los de Mayo del 68, etc. No puede haber narrativa oficial ni única de períodos históricos donde se practicó el terrorismo. Las narrativas únicas de la historia de los pueblos sólo se imponen en países totalitarios.

Volviendo a España, existe un cierto revisionismo, muy propio de la confusión de los períodos de mutación política, en cuanto al fenómeno de la violencia, tendente a globalizar todas las acciones violentas desde una perspectiva moralista. La historia de ETA deberá de analizarse con unas parrillas de lectura más sutiles que pronto podremos empezar a elaborar. Por ejemplo, respecto al atentado contra el Almirante Carrero Blanco, podemos preguntarnos si fue un acto terrorista así, sin más, o una acción en la línea de una cierta tradición europea de la violencia tiranicida, es decir dirigida contra tiranos que gobiernan fuera de toda legalidad democrática. Qué lugar ocupan los GAL como genuina expresión de un cierto terrorismo de estado o la tortura practicada en dependencias policiales. Todo puede reducirse a violencia. Cada expresión violenta durante las últimas cinco décadas de nuestra historia  requiere análisis elaborados con objetividad. ¿Qué convierte un acto violento en uno político? La distinción descansaría en las formas de la violencia, en quiénes son sus autores, sus propósitos políticos, la identidad de sus víctimas, la naturaleza política del país donde se ejerce, etc.

Con estos comentarios quiero expresar mi inquietud ante la insistencia, no exenta de malicia, con la que algunos analistas emplean el trazo gordo para analizar fenómenos de alta complejidad. ETA pronto entrará en la historia y será juzgada con rigor y sin complacencia por las siguientes generaciones mejor que lo estamos haciendo nosotros hoy. Por lo menos así lo espero. No hay que olvidar que la historia no es una doctrina religiosa y que puede cambiar su juicio con el paso del tiempo, sobre un mismo hecho, y que los relatos pueden enriquecerse y aparecer nuevas contradicciones. Es deseable que haya narrativas diversas asentadas sobre distintos análisis que convivan y se confronten en un permanente enriquecimiento dialéctico.

Dicho de otro modo hay que abandonar la lógica de la búsqueda de la narrativa única post ETA. Eso sí sería un síntoma inequívoco de que hemos acabado con su mística y con la presión que aún pretenderá ejercer sobre la sociedad vasca tras su desaparición formal. Pero para ello hay que escoger muy bien las palabras que empleamos en los análisis que hacemos del momento presente, hay que evitar automatismos, amalgamas, y silogismos destructivos. También supone que abordemos la realidad de unos hechos que pueden ir en contra de las referencias a las que estamos acostumbrados. La tentación de crear una nueva ideología de sustitución anti-ETA, que sólo pretende ocultar un odio al nacionalismo vasco, es muy grande. Y habrá que aceptar que el futuro de Euskadi no se hará sobre la base de la memoria de las víctimas ni sobre la de sus verdugos, sino sobre la del mayor número de vascos, sobre la de cada ciudadano con su propia narrativa, desde sus vivencias respectivas. Lo haremos con todas las narrativas presentes en cada momento en un permanente diálogo entre sí, porque sabemos que el pasado no se cambia, pero sí  la manera de mirarlo.

FORMACIÓN ACADÉMICA: - Diplomado en Economía Política. Universidad de Vincennes 1975 - Licenciado en Derecho por la Universidad de París VIII y Madrid. 1981. - Maitrise Ciencias Políticas (París).1983. - Cursos monográficos del Doctorado. (S. Sebastián). 1982. - Suficiencia de Investigación Diploma de la UPV 2002 .Programa de doctorado realizado: “ Procesos de cambio en la sociedad actual.” MIEMBRO DE LA SOCIETE FRANCAISE DE L’EVALUATION. PRESIDENTE DE LA SOCIEDAD VASCA DE LA EVALUACION DE LAS POLITICAS PUBLICAS Español / Francés: Bilingüe

4 comentarios

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Anónimo
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05 enero, 2011 delete

Espero que no nos hayamos topado de nuevo con falsas esperanzas.

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Anónimo
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07 enero, 2011 delete

Le pedi a los Reyes Magos que al entrar al País Vasco, los españoles y franceses tengan que presentar visa, pasaporte y fecha de salida. Viva el Nacionalismo Vasco!!

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Anónimo
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11 enero, 2011 delete

pues lo mismo, para salir del pais vasco, tendreis que presentar visa, pasaporte y fecha de salida...
¿como se puede ser tan provinciano???

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Fede
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23 enero, 2015 delete

Por encima de los extremos y las utopías; de los desengaños y las venganzas, de los dramas de cada uno...debierámos simplemente querer ser; ser un pueblo independiente, ni mejor ni peor que otros, pero diferente.

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Bienvenido sea tu comentario que seguro que interesara hasta a los que no la comparten. Gracias