PODEMOS : TODO POR LA CASTA

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Podemos: todo por la casta

Diario Montañes , 14 enero 2016

Tres parlamentarios autonómicos de Podemos Cantabria enfrentados entre sí por la colocación institucional con sueldo incluido de varios capataces de su aparato regional,  es el regalo de Reyes que nos han traído para este 2016 a Cantabria, la formación de izquierdas de moda de la política española.
En estos seis meses de andadura las tanganas en Podemos se han convertido en un genuino rasgo de carácter y aquí quiero que el lector observe, porque es la idea principal que me propongo exponer hoy, que en las trifulcas a las que asistimos regularmente desde su creación en Podemos, no aparece por ninguna parte gramo alguno de debate de ideas. Ni esta vez, ni cuando desollaron, sin pizca de pudor, a Juanma Brun, su carismático e irrepetible  líder santanderino. Toda controversia  interna gira sobre el puesto a ocupar, el lugar estratégico desde el que ensartar al resto de la humanidad, por el cargo a defender, por la colocación de su inmundicia, por el mando, en suma, por la pasta.  Al principio era el verbo Poder y el Verbo se hizo de Oro.
Con el avenimiento de Podemos, de alguna manera se habría demostrado que la izquierda española no estaba vacunada contra los contagios del virus totalitario (una alta concentración viral en su discurso que la hace particularmente febril) como lo están sus correligionarios europeos si nos atenemos por la alegre acogida que ha tenido entre sus filas la secta de Pablo Iglesias, su último y más acabado  avatar degenerativo cántabro de la mano de los Blanco, de las Rebekas, de los Garay, de los Macho, de los Mantecas ,ilustres anti-todo, anti-todo que no sea su propia megalomanía.
Los relatos que contiene el ideario ideológico oficial de Podemos,  el chute redentor que corre por las venas de ese ejercito de populistas no es otra cosa que la patología de crecimiento infantil de una formación emergente instalada en el corazón de nuestras democracias en crisis, y poco más. La cobertura mediática a sus fechorías, además de presentar serias dificultades para ser entendida plantea un serio problema de homologación democrática, y no se casan con los principios  comúnmente aceptados en forma de valores que definen la vida en común de las sociedades modernas occidentales. Esa obsesión recurrente que observamos en el discurso de Podemos siempre en búsqueda de la encarnación (casi patológica) de un poder que represente realmente al  pueblo supuestamente excluido hoy de los mecanismos alambicados de la democracia representativa, es motivo de preocupación.
Fue significativa  en los comienzos de la andadura de Podemos la promoción del concepto de casta, que no es otra cosa que el lenguaje primero y corriente que aniquilan los tiranos recurriendo a palabrerías facilonas del léxico populachero para descalificar el enemigo a abatir. La acusación de casta a todo lo que se les oponía resume a la perfección el peligro de totalitarismo versátil, ese patinazo verbal elevado a señas de identidad preñado de clichés nacionales mortíferos que escapan a sus inventores para recorrer como la pólvora los espíritus arranándolo todo a su paso.
Y cuidado que lo peor de estos agrupaciones emergentes de corte autoritario es su sector crítico ya que una vez superados los pogromos internos a los que son sometidos con macabra regularidad, sus meritorios supervivientes, alzados a una posición de poder reproducen en cadena la represión que han sufrido anteriormente  por la llamada parte oficialista. Obsesionados por la trasmisión en cadena de la represión que les tetanizo, se lanzan como posesos a cobrarse su venganza con un furor conmovedor. En ese grupo de inquisidores de nuevo cuño, hay gente bien qué duda cabe, pero los que se hacen con las riendas de estas  partidas de entregados a la causa , son los que “trabajan”, los que se “sacrifican”, los que supieron sufrir estoicamente las purgas de sus antecesores, a la espera de tiempos mejores.
Son los que se distinguen por sus meritos y acumulan réditos por, entre otros servicios, hacer el paseíllo al amanecer a los que les estorban. Son los que se elevan sobre el resto del grupo porque siempre están disponibles. Para lo que sea. Nos amartillan que el mundo está muy mal, y su que su revolución no puede esperar. Son los salvadores del apocalipsis, irredentos y absortos. Ellos proponen siempre acción, son los maniáticos de la acción, dilapidadores de gasolina energética compuesta de sus limitaciones e incompetencia. Son  especialistas de la producción de la nada, lo que genera un reparto  barroco de tareas tan inútiles como las que protagonizo nuestra Pasionaria cántabra, Verónica Ordoñez, que se auto-concedió sus galones por redactar un “informe diagnostico” sobre Castro Urdiales que nadie ha visto, pendiente de su inminente publicación, supongo. 
Siempre se aprende algo nuevo desde una perspectiva distinta, pero en Podemos temo que estemos ante la excepción a esa regla y que las tribulaciones de la emergente y ruidosa secta no den para ninguna sorpresa mas, tanto es significativa su degeneración in fine y su despropósito.  Esta gente es tan excéntrica que nos pueden a hacer olvidar hasta que Podemos con minúsculas, no es otra cosa que la conjugada primera persona del plural del presente del indicativo del  verbo poder. Lo que visto lo visto, ese precioso verbo irregular de nuestra gramática patria, nunca hubiera dejado de serlo.
Podemos creció del centro a la periferia y sucumbirá en idéntico circuito pero al revés, de la periferia al centro. La revolución devora a sus criaturas, ya huele a chamuscado a orillas del litoral cántabro. Al tiempo.

José Luis Gómez Llanos es sociólogo

1 comentarios:

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09 noviembre, 2018 delete

Excelente artículo, tienes mucha razón en lo que dices, muy buena reflexión.

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Bienvenido sea tu comentario que seguro que interesara hasta a los que no la comparten. Gracias