La Universidad ensangrentada. El Mundo (15-02-1996)

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La Universidad, ensangrentada


por JOSE LUIS GOMEZ LLANOS



Francisco Tomás y Valiente ha sido asesinado en su despacho de la Universidad Autónoma de Madrid por un comando de ETA, como Manuel Broseta hace cuatro años en la Universidad de Valencia.
Escasos eran los escenarios mortíferos en donde a ETA le faltaba producirse. Habían matado en la calle, en domicilios privados, en lugares públicos, con pistolas, con coche-bomba, con cartas del mismo género. En ciudades, en pueblos, en Euskadi y en España. En tiendas, en supermercados. A niños, a mayores, a víctimas solas o acompañadas por sus chóferes, a mujeres con sus hijos, a niños con sus madres. En fábricas, en caseríos, a militares, a civiles, a gentes de izquierda y derecha, a políticos, a ciudadanos de a pie. A pobres y a ricos, a vascos y a españoles. A ingenieros, a taxistas, a obreros, empresarios, de noche, de día, en campaña electoral. A opositores externos e internos.
Todas las figuras posibles e imaginables parecían agotadas. Quizá no se habían acordado tanto hasta hoy de la Universidad, por tradición territorio franco de paz y diálogo. Con el desembarco de ETA en la Facultad de Derecho se produce nuevamente la transgresión del último tabú, el pisoteo del último reducto inviolable por una de las organizaciones terroristas que en Occidente más muertes ha causado desde el final de la Segunda Guerra Mundial. El ruido de las botas ha retumbado en los anfiteatros. Todo un símbolo.
En todos los lugares y sobre todo en países como el nuestro, que vivió largos periodos con regímenes oscurantistas, la Universidad es un lugar sagrado, un espacio donde prima el trabajo de la inteligencia a través del estudio y de la investigación sobre la violencia y el dogma intolerante. La Universidad, donde se organizó la resistencia al régimen franquista, un lugar hoy de diálogo por excelencia, de protección del débil, un espacio de igualdad de oportunidades, que ha sido salvajemente violada por ETA. Si el Parlamento es el corazón de la democracia, la Universidad es su alma y ha sido enlutada por la inconmensurable ignorancia de ETA.
Más allá de la peculiar personalidad de la víctima, amigo de F. González, es la Universidad en su conjunto la que ha sido nuevamente la diana de la última acción terrorista y es lo que hay que hacerles llegar con rotundidad tanto a los autores como a los propagandistas del MLNV.
La muerte de un demócrata, de un hombre, independientemente de que haya ostentado la presidencia del organismo más importante de nuestro edificio jurisdiccional como es el Tribunal Constitucional, es grave en sí, pero lo principal es que detrás hay un ser humano al que se arrebata brutalmente la vida, a su familia, antes del cargo o institución que con su muerte se quiere humillar o amedrentar.
Con independencia de la relación de causa a efecto entre las ambiguas y poco éticas palabras en boca de Felipe González sobre el resurgimiento de la «guerra sucia» si ETA prosigue su presión, cuando resulta que él mismo fue el que, creo, financió a los GAL, y el atentado contra Tomás y Valiente, nuestra repulsa es absoluta y más si cabe por tratarse de un crimen cometido en un recinto universitario.
Tomás y Valiente cayó en su despacho de catedrático de Derecho y, quizá, el hecho de ser un hombre de leyes no haya sido tampoco extranjero a su suerte. No me ha dado tiempo para comprobarlo con rigor, pero creo que desde la Semana Trágica de Barcelona, a principios de siglo, cuando estudiantes de Ingenieros cayeron bajo las balas de grupos paramilitares dentro del recinto universitario, en nuestro país no se había matado en la Universidad, hasta el atentado contra Broseta en 1992 y hoy el de Tomás y Valiente. A esta analogía histórica le sobran comentarios.
Personalmente, llevo tiempo resistiéndome, quizá por un excesivo rigorismo un tanto historicista, a aceptar el calificativo, muy extendido en mi entorno intelectual más inmediato, de fascista para las bandas armadas del estilo de ETA, que tanto desorden generan, que tanta muerte provocan, como las de Ordóñez, Múgica y Tomás y Valiente. Pero atentar mortalmente contra demócratas, universitarios, ¿no rompe todos los esquemas?, ¿no nos debe llevar a revisar todos nuestros análisis? y, lo que es más importante, ¿no nos debe obligar a todos los demócratas a sacar las consecuencias, por muy dolorosas que sean?


José Luis Gómez Llanos es miembro del Consejo Editorial de EL MUNDO DEL PAIS VASCO.

FORMACIÓN ACADÉMICA: - Diplomado en Economía Política. Universidad de Vincennes 1975 - Licenciado en Derecho por la Universidad de París VIII y Madrid. 1981. - Maitrise Ciencias Políticas (París).1983. - Cursos monográficos del Doctorado. (S. Sebastián). 1982. - Suficiencia de Investigación Diploma de la UPV 2002 .Programa de doctorado realizado: “ Procesos de cambio en la sociedad actual.” MIEMBRO DE LA SOCIETE FRANCAISE DE L’EVALUATION. PRESIDENTE DE LA SOCIEDAD VASCA DE LA EVALUACION DE LAS POLITICAS PUBLICAS Español / Francés: Bilingüe

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