Una oportunidad democrática para Patxi López 10 Mayo 2009

( ariticulo no publicado)




Una oportunidad democrática para Patxi López




Además de las lógicas declaraciones de oposición que todo sistema democrático ampara y fomenta, hemos podido observar manifestaciones de rechazo y de violencia verbal ante la alternancia socialista, que pone entre otras cosas, de manifiesto que 30 años de gobiernos liderados por el PNV han generado hábitos de rasgo autoritario, en unos y otros que seria bueno erradicar. No seria sano admitir ni que haya una manera nacionalista de perder el poder abandonándolo con resentimiento, como tampoco seria justo cualificar las formas de conquistar el poder en Euskadi por parte del bloque constitucionalista como las señas de identidad golpistas. Lo que ha ocurrido forma parte de la excepción política vasca que habrá que superar lo antes posible, ya que nos encontramos en plena conflagración verbal donde la munición al uso es caricatura tendida en un juego de espejos altamente negativo donde lo mas negro de cada parte resalta más de lo debido. Como lo indica la palabra alternancia los cambios alteran y en Euskadi de que manera.
El nombramiento de un lehendakari socialista gracias al apoyo de los parlamentarios del partido popular parece haber conmocionado como si estos últimos diputados autonómicos no tuvieran legitimidad suficiente para apoyar una alternativa a Ibarretxe.
Sin embargo y pese al como se ha llevado el proceso que ha culminado con el fin de este ciclo jeltxale, la llegada a Ajuria Enea de un inquilino no nacionalista tiene un alto significado que va mas allá de cuestiones de índole simbólicas y revisten un carácter practico y operativo, que no escapa a nadie.
Creo que nadie se cree que el nuevo gobierno vaya a ser más democrático que su antecesor ni que en la lucha anti-terrorista haya reproches con fundamento que hacer al equipo capitaneado por Javier Balza. Fuera de los tablaos electorales esas acusaciones todo el mundo sabe que no tienen nada que ver con la realidad. Como tampoco nadie se cree que el nuevo gobierno vaya a destruir lo hecho hasta el momento por los nacionalistas que no sean reformas en todos los aspectos que en democracia el que gana las elecciones esta legitimado a realizar sin que nadie lo califique ni de expolio ni de desmanes con los que se auguran las futuras acciones del Lehendakari López.
Al lehendakari López habrá que juzgarle con indicadores comparativos, con papeles, con cifras, con dossieres y por consiguiente habrá que dejar que el tiempo pueda producirlos. Habrá que dar una oportunidad democrática a una alternancia que la lucha anti-terrorista ha podido condicionar electoralmente. Pero tampoco es más ético criticar esas medidas coercitivas contra el entorno de ETA en función de si los recuentos electorales te beneficiaban o no.
Que duda cabe que la Ley de Partidos tiene sus luces y sus sombras y su crítica deben guiarla los principios y nunca debe de hacerse en función de los réditos, que caben esperar de su aplicación como lo han hecho algunos. Una ley que deberá ser, que duda cabe, derogada al instante mismo que desaparezca la violencia. Pero que debería de cesar de ser utilizada como arma arrojadiza, para deslegitimar la expresión gubernamental nueva que acabábamos de inaugurar.
Estoy convencido que la capacidad de aguante de la ciudadanía es limitada y que un intento de insistir en una lógica de desgaste de López sobre la base de su deslegitimación para ocupar el cargo, seguir utilizando ese supuesto vicio matricial, de origen puede tener un efecto boomerang, de consecuencias devastadoras a medio y largo plazo. Patxi López se dispone a gobernar con los 25 sufragios que los electores le concedieron y por lo tanto deberá recabar acuerdos que den sentido más pronto que tarde a una mínima gestión de los asuntos públicos de esta tierra.
Para entonces el PNV tendrá que haber realizado su catarsis interna y entender que todo lo debe a que desde hace 10 años perdió la centralidad y que ello y solo ello les ha hecho hoy ir a la oposición Los que hoy han sido los artífices del cambio pudieron sentirse rechazos y negada su condición de vascos, por ser diferentes. Si este cambio asienta por lo menos que aquí no sobra nadie más que los violentos y quienes les jalean, si el PNV recupera el temple y el tono de los gobiernos de Ardanza, esta alternancia habrá merecido la pena. Que terrible seria que los de hoy en el gobierno reproduzcan al revés los mismos errores que tanto criticaron desde la oposición. Si esto no ocurre, sí que habremos andado un paso firme hacia la normalización democrática.
Quería decir ante todo que era importante que un hijo de un histórico obrero socialista alcance las instituciones públicas de máxima expresión, sepa o no porque se recuerda hoy a Arquímedes. Es importante que un representante de la margen izquierda zona altamente periférica de los grandes procesos históricos de acumulación de riqueza de Euskadi presida los destinos públicos de Euskadi. Que un hombre del pueblo raso haya alcanzado un centro a menudo monopolizado por los poderosos, tiene también su importancia. Hoy que tanto se habla de cambios simbólicos, esto es el único símbolo que a mi me parece extraordinariamente relevante. Lo que de paso suministra para generaciones enteras ese material cargado de pulsión sin el cual la democracia no movilizaría tanto a una izquierda pendiente aún de revisitar decisivamente sus referencias e identidad ideológicas.

José Luis Gómez Llanos
Abogado y sociólogo.